BUSCAR LA FUERZA DE DIOS EN NUESTRAS LUCHAS

Efesios 6: 10

Introducción:

En las batallas que libramos tanto en la mente como también externamente, se necesita de un respaldo y capacidad para poder luchar, estar firme y vencer.

Un soldado no lo es ni va a una guerra sino recibe instrucciones y armas, sería un blanco fácil para el enemigo.

Es lo que está pasando con la mayoría de los cristianos, vienen siendo blanco fácil para ser arrastrados en la herejías, blanco fácil para cualquier situación adversa, por el hecho de que él mismo está siendo descuidado, no cultiva su vida espiritual, es decir, su relación con Dios. Entonces se cansa, se frustra y termina, a veces prejuiciado contra la obra de Dios.

El  congregarse, la lectura de la palabra de Dios y la oración, hacen que el creyente crezca y se desarrolle en su fe, porque sabrá que hacer y a quien buscar en situaciones difíciles.

Cuerpo:

v.10-a). Preparación espiritual. “Por lo demás, hermanos míos” Es decir, prepárense como cristianos, para crecer, fortalecerse y estar firmes en momentos que se requiere librar alguna batalla. De ahí la lectura de la palabra de Dios, para conocer las instrucciones, los principios que necesitas para nutrir tu fe. Congregarse, para salir de ahí calibrado cada día, entregándose en la alabanza y adoración, en donde al proclamar las verdades de Dios su vida espiritual se alimente, se motive fortaleciendo sus convecciones. Luego, en la exposición de la palabra de Dios, su conocimiento lo lleve a saber cómo vivir, como crecer y enfrentar cualquier situación adversa.

En otras palabras, los principios de Dios contribuyen “para redargüir, corregir e instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2Tim.3:16-17).

No son pues, para tenerlas de adorno, ni tampoco para que los apruebes o las desapruebes.

v.10-b). Permitan que Dios los capacite. “Fortaleceos en el Señor” A través de su palabra y a través de la oración, permitan que Dios los capacite, y para esto, es necesario el llamado que hace el Señor Jesús, cuando unas mujeres le dijeron: “Bienaventurado los pechos que amamantaste. Él les respondió: Más bienaventurado aquellos que oyen y ponen por obra la palabra de Dios”

v.10-c). En el poder de su fuerza. Si permitimos a Dios que actúe a favor de nosotros, entonces él nos respaldará con su poder de acuerdo a sus propósitos. Recordemos en la condición en que cayó el discípulo Pedro, él quedó a la deriva al negar al Señor, sin embargo el poder de Dios actuó en él para que no se suicidara y mucho menos se extraviara de su relación con él. Jesús le dijo: “He orado para que no falte tu fe”.

Conclusión:

Dios no ha dejado solo al creyente, él sabe que le necesita y para ello, nos ha dejado una guía para que no nos extraviemos y a la vez está siempre en la disposición para socorrernos de acuerdo a su voluntad y propósitos. Así que, búscalo y lo hallarás; ¿Cómo buscarlo? Siendo diligente en tu vida y desarrollo espiritual, estando dependiente de él.

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