EL LLAMADO A PECADORES AL ARREPENTIMIENTO

EL LLAMADO A PECADORES AL ARREPENTIMIENTO

Lucas 5: 27-32

Introducción:
En estos últimos tiempos ha habido una manipulación de la palabra, del amor y de la gracia de Dios para justificar sus vidas en el pecado. Ahora hablar de arrepentimiento, hablar de dejar de practicar el pecado quedó atrás; se predica a Jesucristo y la gracia de Dios, que se puede recibir y seguir en el pecado e idolatría.
Sienten que los que predican el arrepentimiento, la santidad en la comunión con Dios, son gente agresiva. Así fueron vistos los profetas en el Antiguo Testamento y vinieron a ser personas contradicha y despreciadas. Juan el Bautista provocó la misma sensación en sus enemigos, no pudieron resistir el llamado de dejar el pecado y en una oportunidad que tuvieron lo encarcelaron y lo ejecutaron.
Cuando Jesús habló de los profetas de Dios y de los falsos, dijo:
“Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, Y DIGAN TODA CLASE DE MAL CONTRA VOSOTROS, MINTIENDO. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; PORQUE ASÍ PERSIGUIERON A LOS PROFETAS QUE FUERON ANTES DE VOSOTROS” (Mat.5:11-12)
“Ay de vosotros, CUANDO TODOS LOS HOMBRES HABLEN BIEN DE VOSOTROS porque así hacían sus padres con los falsos profetas” (Luc.6:26).
Jesucristo mismo fue objeto de repudio y persecución de parte de los religiosos al hablar de despojarse de toda hipocresía e injusticia. Y para poder desfigurar su testimonio intachable, buscaban todas las formas de ataque, una de ella fue el querer atraparlo en alguna palabra para acusarlo y difamarlo.
Cuerpo:
v. 27-28. Dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví es el mismo Mateo que escribió uno de los cuatro evangelios que lleva su nombre. Ante el llamado que Jesús le hizo, vemos que respondió como Dios había establecido y espera de cada persona que es llamada y quiere gozar de la salvación como también honrar y servir a Jesucristo:
“Despojarse de su maldad o de todo aquello que puede gustar, pero le es nocivo a su vida. Leví se levantó del banco de tributos público, se alejó de ahí para seguir al Señor Jesús; ahora serviría a Dios practicando la justicia”
Leví sabía que no podía continuar ahí, inmediatamente respondió. Aceptar y recibir a Jesucristo es una acción que conlleva a renunciar al pecado a través de un genuino arrepentimiento. ¡Eso es conversión!
v. 29. Llevar a otros pecadores a Cristo. Hizo un gran banquete en su casa, reuniendo a su familia, a sus compañeros de trabajo y amigos. Como se dice ahora: Solo fichitas, estrellas del hampa de pecadores. Y sino, miremos el cuestionamiento que le hicieron los religiosos a Jesús al decir: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? (v.30). ¡Qué tristeza dan aquellos que son cristianos y asisten a equis iglesia, que cuando encuentran algún amigo que asiste a otra iglesia y al decirles a donde, les responden: ¡Ah, ahí vas, ahí solo van fichitas! ¿Por qué pasa esto? Porque ahora se rebuscan personas, si es posible, profesionales. Es un reclutamiento en donde se escoge y se hace acepción de personas para tener una iglesia de alta calidad. Pero al final la calidad es simplemente un mero maquillaje, es una congregación de una fe superficial, de la cual el Señor Jesucristo exhorta, diciéndoles: “Yo conozco tus obras, QUE NI ERES FRIO NI CALIENTE. ¡Ojalá fueses frío o caliente¡ (Apoc.3:15-22). Una iglesia sin identidad, que pretende ser, pero no es. Y por eso el Señor Jesús les dice: “Ojalá fuese frío. Es decir, pecadora, para que reconociendo que han caído en la apostasía, tengan la oportunidad de arrepentirse y ser salvos”.
La calidad, no es, si la persona es ignorante o sabia, si tiene o no dinero. La calidad está en la conversión genuina a Dios a través de un sincero y genuino arrepentimiento. Ya sea la persona sabia o ignorante, o si vive en una choza o en una mansión, eso no importa. Sino su conversión, su despojo de toda injusticia a una vida practica de justicia en Dios.
v. 30-32. El llamado a pecadores al arrepentimiento. Muchas personas se creen justa, pero su desprecio hacia los demás, niegan lo que dicen ser. Realmente, el Señor Jesús no vino a llamar a justos, porque sencillamente no hay, como está escrito:
No hay justo, ni aun uno…Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siguiera uno” (Rom.3:10-18).
Vino a llamar a todos los hombres pecadores al arrepentimiento. El apóstol Pablo, dijo: Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1Tim.1:15). Sabemos de la maldad que practicó Pablo (Saulo de Tarso), porque él da el testimonio de su conversión. De otra manera no lo sabríamos, sino, de su celo por la ley de Dios, de un gran y digno fariseo, y sabio, por cuanto sus estudios fueron con el sabio Gamaliel; es decir, su testimonio sería esto último.

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