LA CAPACIDAD QUE TIENE JESÚS DE AYUDAR
Introducción:
Según Juan este estanque llamado Betesda, era muy conocido popularmente, centenares de personas con diversas enfermedades recurrían a ese lugar por sus aguas, que se creían eran milagrosas: Se creía que al agitarse el agua, era movido por un ángel y era el momento de bajar y quedar sano (v. 4).
Hay dos aspectos que nos presenta Juan en su narración de este estanque:
1- Ofrecía una ayuda muy deficiente. No era seguro. (v. 4-5)
2- La total incapacidad humana de ayudarse así mismo. (v. 7).
Cuerpo:
v. 5-6. La disposición de Dios de ayudar. El que Jesús haya llegado a este hombre para sanarle, muestra la disposición de Dios de ayudar al que sufre. En este caso, el hombre permitió que Jesús le ayudase. Tristemente la mayoría de las personas rechazan la ayuda de Dios, muchas veces adjudicando que ya tienen su religión. Este hombre bien hubiese argumentado su fe en este estanque, en la supuesta presencia de un ángel que movía las aguas para sanar. Sin embargo, permitió en su vida a Jesús que le ayudara.
v. 7. La ayuda de la religión y la del hombre es deficiente. Multitudes esperaban el movimiento del agua y solo uno que lograra bajar primero, podía sanarse. Esto muestra que la esperanza de la mayoría terminaba en una frustración.
Y en segundo lugar, nadie podía ayudar a otro, pues todos estaban en el mismo problema. Es la incapacidad humana de poder ayudar a otro. A veces el hombre es atrevido y soberbio de pensar que puede ayudar a otro y mayormente su ayuda viene a ser peor que la enfermedad ó el problema.
Llamado:
Existe una persona en quien podemos poner nuestras vidas y futuro en sus manos, y es en el Señor Jesucristo el Hijo de Dios, quien llama diciéndote: “Venid a mí todos los que estáis cansados y trabajados que yo os haré descansar” El quitará ese peso, ese yugo en tu vida que ya no puedes llevar.