LLAMADO A ANHELAR HONRAR A DIOS CON NUESTRAS VIDAS

1Crónicas 4: 9-10

Introducción:

Jabes es conocido por la oración que hizo de pedir bendición y prosperidad, en la cual: “Dios le otorgó lo que pidió” (v.10).

Muchos han sido inspirados a pedirle a Dios por bendición y por prosperidad.

¿Cuántos quieren ser bendecidos y prosperados? Yo les preguntaría: ¿Y para qué? ¿En qué lo van a invertir?

Para que tengamos una idea de las razones por el cual Jabes hizo tal oración, su petición es parecida a la de Salomón, cuando Dios se le apareció en sueños, y le dijo: “Pide lo que quieras que yo te daré” Y Salomón respondió: “Da a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo” (1Rey.3:5,8-10). Ser bendecido y prosperado (ensanchado) es tener éxito en servir y honrar a Dios como es debido, conforme a la voluntad de Dios. Como exhortó el Señor Jesús, al decir: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat.6:33-34).

Cuerpo:

v.9-a. Un hombre entregado y esforzado. Sobre pasó a sus hermanos. Era muy trabajador; su inspiración era Dios, el cual honraba y servía, y Dios lo honró en medio de su familia. Muchos, movidos por la envidia no ven esta verdad; cuando alguien es prosperado, viene a ser señalado negativamente; creen que se enriqueció de una forma fraudulenta.

v.9-b. Se sobre puso a un pasado doloroso. Su madre le dio a luz en dolor. De ahí su nombre Jabes. Su nacimiento significó un riesgo tanto para él que para su madre. Esto nos recuerda a Benjamín, en su nacimiento hubo mucho trabajo que llevó a la muerte a su madre Raquel (Gén.35:16-21).

Sin embargo, Jabes se sobre puso a lo pudiera ser una vida traumática de saber que su nacimiento causó mucho dolor a su madre a tal punto de arriesgar su vida.

Dios puede liberar a muchos que traen desde niños o desde su adolescencia algún trauma que evita el que puedan superarlo; Jabes es un testimonio de esto. Muchos vienen arrastrando muchos traumas, sus vidas están llenas de sentimiento negativos, con grandes amarguras. Pida que Dios sane su corazón y si ha de recordar un pasado doloroso que sea para testimonio.

  1. Petición de dependencia hacia Dios. Su oración fue que Dios señoreara en su vida, en su familia, trabajo y tiempo. Muchos piensan que el orar al Señor por algún proyecto de su vida, trata solamente de recibir nada más y hacer de ello una fiesta vana. Cuando el Salmo 37:5, dice: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” Se refiere que tal proyecto sea de acuerdo a la voluntad de Dios, que tal proyecto sea parte del plan de Dios.

En segundo lugar, oró que Dios le librara de mal: “Para que no me dañe” Es decir, que estuviese libre de todo mal pensamiento y de todo mal proceder. Esto nos recuerda la exhortación del apóstol Pablo a Timoteo: “Te cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello” (1Tim.4:16). Muchas veces nos volvemos dañinos contra un hermano y manipulamos la palabra de Dios (doctrina) para fines egoístas.

Para tener una mayor comprensión de esta oración de Jabes, recordemos la petición de David: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10).

Conclusión:

El creyente debe entender que su vida le pertenece a Dios, y que ahora lo que vivimos, lo vivimos para Dios, como lo expresa Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gál.2:20).

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