Introducción:
En la descendencia de Jacob (Israel), se da una breve historia de tres tribus: Rubén, Gad y la media tribu de Manasés. Se habían constituidos en un ejército valiente, esforzado y numeroso.
El propósito de esta breve historia, es de darnos dos lecciones importantes de fe y de apostasía.
A pesar que al principio confiaban en Dios y él les daba la victoria, terminaron cayendo en la apostasía; el libro de los salmos dice: “Estos confían en carros, y aquellos en caballos; más nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria” (Salm.20:7-8).
Cuerpo:
v.20. Cuando se confía en Dios. Las tres tribus conformaron un solo ejército, y cuando enfrentaban a ejércitos que se unían contra ellos, ellos clamaban a Dios y les fue favorable, porque esperaron en él (v.20). Ese es el testimonio que tenemos de estas tribus, que cuando se espera en Dios, él les da la victoria.
v.18-19. Cuando las habilidades no sustituyen la fe. Este ejército conformado por las tres tribus, dice la Escritura que eran hombres valientes, traían escudo y espada, entesaban el arco y diestros en la guerra. Entonces la pregunta es: ¿Por qué clamaban a Dios por ayuda? ¿No eran suficientes? La lección que nos dan, era:
1-Reconocían que sus destrezas (dones) habían sido dadas por Dios.
2-Que deberían ser usadas para Dios, para su gloria.
3-Porque reconocían que la guerra (el propósito) era de Dios y no de ellos. La Biblia dice, que: Él pelea nuestras batallas.
Todo esto revela, que unidos al propósito de Dios, tenían que ser leal a la causa de él.
v.25-26. Cuando las habilidades vienen a sustituir la fe. En toda la historia, tanto de la humanidad como de los creyentes, el fracaso y la tragedia ha sido, cuando se llega a un punto de confiar en sí mismos o en lo que tienen; dejan de confiar en Dios y se extravían en sus razonamientos; tenemos el ejemplo del rico que confiaba en Dios, pero al crecer y multiplicar sus ganancias, quiso reposar en ello y ya no en Dios. Jesús le llamó necio.
En la mayoría se extraviaron por completo, fueron pocos los que reconocieron su error. Que es el caso de estas tres tribus, que cayeron en la apostasía y terminaron siendo llevados cautivos e esclavizados por los asirios.
Esa es la lección que nos deja esta breve historia de las tres tribus, que tuvieron su gloria cuando confiaban en Dios, pero que más tarde cerraron sus corazones a él.