EL GENUINO LIDERAZGO SE REVELA EN SU NIVEL ESPIRITUAL

1Crónicas 13: 1-4

Introducción:

El ocuparse en trasladar el Arca del Pacto, revela el valor que el rey David le daba su relación con Dios. Es un ejemplo para nosotros los redimidos por Cristo:

“Ninguna circunstancia debe hacernos perder lo importante que es Dios en nuestras vidas”

Como está escrito: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia” (Mat.6:33). David tuvo actitudes y decisiones, como la que nos muestra el texto bíblico de trasladar el Arca de Dios a la capital de Israel, Jerusalén (v.3).

En este pasaje, se nos muestras detalles que revelan: -Un genuino liderazgo-

Cuerpo:

v.1. El consultar al pueblo lo que piensa hacer. Dice que David tomó consejo con los capitanes de millares, a los líderes que apoyaban su reinado. Esta actitud de David, pudiera ser muy extraño para muchos ministros de nuestros tiempos. La consulta que hizo con ellos, era para trasladar el Arca de Dios a Jerusalén, la capital de su reino y lo que sería más adelante, el centro mundial de adoración al Dios único y soberano.

A los que les pareciera ser extraño o aún, considerarlo como una debilidad, deben entender que en vez de eso, es de un genuino liderazgo.

Un buen líder no impone, sino que guía y consulta en las decisiones que toma en pro de la obra de Dios.

v.2, 4. Decisiones de acuerdo al propósito de Dios. Según sus palabras a la asamblea, David había consultado a Dios. Y la forma en que lo expresa es bien importante, pues dice: “Y si es la voluntad de Dios” (v.2). Esto nos recuerda la exhortación que hace el apóstol Santiago en su epístola: “Vamos ahora, los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año…En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Stg.4:13-17). Entonces no se trata de debilidad, sino siempre de depender de Dios en todo: “Encomienda a Jehová tu camino, y él hará” (Salmo).

Conclusión:

A veces queremos mostrarnos super espirituales, para atraer la atención de los demás a nuestra persona y no a Dios. No solo erramos, sino que caemos en el ridículo. Juan el Bautista nos da un monumental ejemplo de humildad y a la vez de grandeza (Porque ahí está la grandeza de un cristiano y de un servidor de Dios: “Es necesario que él crezca (El Señor Jesucristo), y que yo mengue”.

¿Cómo está tu nivel espiritual? ¿Ya lo confrontaste con la palabra de Dios? Talvés tratarás de justificarlo con tu carácter tosco, que para ti es fuerte; pero la mayoría de los siervos bíblicos eran fuertes de carácter, como el dicho popular nos dice: Un chichicaste. Pero el carácter del hombre no tiene nada que ver con el carácter cristiano, es decir, la humildad, como se dice de Moisés: “Y no hubo hombre en la tierra tan humilde como Moisés”.

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