Introducción:
Joab es un ejemplo de la importancia de un liderazgo genuino. Era el responsable en el ejército de combatir y vencer al ejército enemigo, los amonitas y a los sirios.
Habíamos hablado de la responsabilidad que hay al ostentar un privilegio, que debe existir fe, compromiso y dedicación. Esto es lo que sustenta una visión, que el propósito de Dios se cumpla en cada creyente y en la iglesia.
Cuando hay estos componentes, entonces se podrá alcanzar los objetivos, de otra forma, será frustrante y sufrirá muchas pérdidas.
Por eso, tenemos a este general del ejército de Israel, que mostró esos principios que necesita la iglesia sustentar para el propósito por el cual fue levantada.
Propuso a su hermano Abisai, comandante del ejército estrategias y unidad para tener éxito en la guerra. Éxito que muchos creyentes sueñan obtener, pero terminan decepcionados como que Dios no los respaldó o le echan la culpa a otros de sus fracasos.
La salvación que hemos alcanzado como también la vida eterna, se debe a la visión Divina y la Unidad entre el Padre, Cristo y el Espíritu Santo. Una de las oraciones de Cristo fue: “Padre, te doy gracias porque siempre me oyes; porque yo siempre hago tu voluntad”. En esa Unidad, para realizar la visión, el acuerdo fue, que Jesucristo vendría a esta tierra, como siervo (Is.52:13-15 y Cap.53). Y en otra escritura dice que: “Tomó forma de siervo, hecho semejante a los hombres…humillándose así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte de cruz” (Filp.2:7-8. Leer: 5 al 11).
Cuerpo:
v.10-11. El uso de estrategias. Muchos cristianos en momentos difíciles, o en realizar la obra de Dios, no hayan que hacer, cuando Dios nos ha dado sabiduría, que cuando nos vemos en esas situaciones difíciles, podemos pedirle a él: “Si alguno es falta de sabiduría, pídaselo a Dios, y él se lo dará”.
Cuando Joab vio que sus enemigos hicieron tres frentes de batalla; los sirios lo iban a atacar de frente y en retaguardia, más los amonitas atacarían diferentes. Entonces Joab tomó a los mejores hombres de guerra, valientes, esforzados y experimentados para soportar y vencer a los sirios; y delegó a su hermano Abisai, el que hiciera frente a los amonitas. El tener confianza en Dios, no significa que no debe haber estrategias, que deben pedirse en oración a Dios, es decir, la guianza de él en momentos así.
El creyente, no debe caer en la autoconfianza, sino pedir siempre la dirección de Dios, para conocer su voluntad y la guianza que necesita para salir adelante en la vida.
v.12-13. Un trabajo en equipo, la unidad. Notemos que había un solo propósito, el de Dios: “Esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios. En el caso del cristiano, cuando es servidor y ostenta un privilegio, debe entender que colabora y está para velar por la salud espiritual de la grey, del pueblo de Dios. Y la unidad es bien importante; El Señor Jesús manifestó, diciendo: “Una casa dividida contra sí misma, cae” (Luc.11:17,20). Pero unida, podrá vencer y alcanzar los objetivos trazados.
Jesucristo mismo habló de esa unidad y fue ejemplo a la vez con el Padre: “Ruego que todos sean Uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean Uno en nosotros…para que sean perfectos, para que el mundo conozca que tú me enviaste” (Jn.17:20-23).
Para lograr esa unidad, es necesario que haya despojo, como lo hubo en Cristo; en el caso del creyente, debe haber despojo del orgullo y de las concupiscencias de la carne, para ser guiados por el Espíritu y no por los deseos de la carne. La victoria del ejército sobre sus enemigos fue contundente (v.15).