LAS BASES PARA FORTALECER LA FE DEL CREYENTE

Efesios 1: 1-2

Introducción:

La carta del apóstol Pablo a los Efesios, lleva un contenido de tipo pastoral; es la de fortalecer la fe de los miembros de las iglesias de Cristo que estaban a su alrededores (las iglesias en Asia). Dos detalles importantes:

  1. Una carta de aliento. Las iglesias sufrían la hostilidad y la persecución de las personas y de las autoridades; Pablo los alienta a continuar firmes en su llamamiento y propósito, no olvidando su carácter e identidad como creyentes que forman el cuerpo de Cristo.
  2. Mantener su significado de ser parte de la iglesia de Jesucristo, llamando a la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz: Un cuerpo, un Espíritu, un Señor, una fe, un bautismo y un Dios (Efes.4:3-6. Leer del v.1 al v.7).
  3. Una sólida iglesia. Para que pueda cumplir los propósitos de Dios (Efes.4:16).

Cuerpo:

v.1-a. Comisionado a la administración de los gentiles. Pablo había sido y era la persona de llevar el evangelio de Cristo a los gentiles como también, de levantar obras (iglesias) en el mundo gentil. Por ello el encabezado de su carta de identificarse: “Apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios”. Elegido por Cristo como una autoridad en la iglesia gentil, de acuerdo a la voluntad y propósito de Dios el Padre.

v.1-b. Los santos. En el carácter de identidad y no de conducta; los que fueron apartados del pecado y del mundo incrédulo a través de la gracia de Dios, al más alto privilegio de ser llamados hijos de Dios: “A los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn.1:12). Esto no excluye el llamado de ser santos cada día, es decir, de apartarnos cada día de las obras del pecado y la del mundo: “El que es santo, santifíquese todavía” (Apoc.22:11).

v.1-c. Los fieles. Los que han permanecidos leales a Dios en: Palabras, acciones y relación con los hermanos; como una expresión de fe (activa y viva) en Dios.

El resultado de esa fidelidad es la capacidad de ser constantes con el compromiso de Dios y con su obra; capacidad de poder cumplir el propósito de Dios, y que se cumpla en nosotros también.

v.2-a. La Gracia. Recibida de parte de Dios; en el cual se debe crecer cada día, brillando para la gloria de él. La gracia, es un don que no merecíamos recibir, pero la misericordia de Dios lo hizo posible a través de su Hijo Jesucristo.

v.2-b. La Paz. Fuimos reconciliados con Dios, el pecado nos alejó de él haciéndonos enemigos. Vivimos mucho tiempo alejados de él en una plena rebelión, pero en Cristo fuimos reconciliados. Resta pues, crecer en la gracia, cultivando nuestra fe, la fraternidad entre los hermanos, perdonándonos agravios y ofensas, evitando raíces de amarguras en nuestros corazones.

Conclusión:

Estos principios son los que sostendrán como creyentes y como la iglesia de Cristo, siendo luz a las naciones, testimonios vivos del poder y del amor a Dios: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los uno con los otros” (Jn.13:35).

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