Introducción:
La palabra de Dios dice que: “En el barbecho de los pobres hay mucho pan; más se pierde por falta de juicio” (Prov.13:23) y, “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6).
No porque Dios no les haya revelado su palabra en abundancia, sino como resultado de falta de interés, de esfuerzo y dedicación con Dios y su obra.
Proverbio lo que manifiesta es: ¿Cómo es posible que estando en un terreno productivo, no haya iniciativa, esfuerzo y dedicación para sembrar y obtener los frutos? ¡Hay abundancia de pan! Es decir, Dios ha sido amplio y abundante en su amor para revelarnos todo lo necesario para que nos levantemos y tengamos éxito: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia (Dijo el Señor Jesús) (Jn.10:10).
Por eso dice el Señor en Oseas: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Os.4:6).
Deje de echarle la culpa de su fracaso a los demás. El apóstol Pablo dice que: “Por esta causa doblo mis rodillas” Para que la familia de Dios (Siendo nuestro Dios, el Padre), se fortalezca con la fuerza del Espíritu Santo en la fe de Cristo (v.14-17).
Los dos primeros cap. Pablo se ocupó de establecer una gran parte de la Sana Doctrina, de como Dios se ocupó de nosotros los creyentes dándonos la salvación y la vida eterna. Para que dejemos de ser inconstantes y poder vivir y caminar como los hombres que dejaron huellas de su fe en Dios.
En este cap.3, finaliza glorificando a Dios: “Y Aquél que es poderoso… A él sea la gloria en la iglesia (En la familia de Dios) en Cristo Jesús (v.20-21).
Resta, pues, que el creyente llegue a conocer a plenitud el amor de Dios en su Hijo Jesucristo.
Cuerpo:
v.14-17. Oración por la familia de Dios. Los creyentes de ayer, de hoy y los de mañana, es decir, la iglesia (v.21):
a- Sean fortalecidos en la guianza y en el poder del Espíritu Santo. A través de su poder y su guianza a través de la palabra de Dios, viene a fortalecer espiritualmente al creyente (v.16).
b- Con el fin de que: “Habite plenamente Cristo en nuestras vidas” Enraizados en la fe, en una plena confianza (v.17).
v.18-19. Capaces de comprender. El amor de Cristo, un amor sacrifical al ofrecer su vida por todos nosotros. Para ser llenos de la plenitud de Dios, al darnos de su gracia, perdonando nuestros pecados al darnos a su Hijo Jesús en sacrificio para que fuésemos salvos:
Anchura. El amor de Dios en nuestro diario vivir. Que no exista en nosotros egoísmo, envidia y codicia. Que lo que gobierne en nosotros sea el Amor de Dios y no la maldad en nuestros corazones.
Longitud. Que nuestras acciones y actitudes evidencien que, lo que hay en nuestros corazones, es el amor de Dios: Comprensión, bondad y misericordia.
Profundidad. Que el desaliento, la desesperación y la muerte; no contamine ni dañe el amor de Dios que hay en nuestros corazones.
Altura. Que haya integridad, sin aislarse de los demás, sin permitir que el sol permanezca sobre nosotros (Que no haya raíces de amarguras); sino que haya júbilo siempre en nuestros corazones, alabando y glorificando a Dios, que es parte del culto en la congregación.
Conclusión:
Esfuércese, entréguese, trabaje a diario su relación con Dios hasta perfeccionarlo. Recuerde: En el barbecho de los pobres hay mucho pan; no deje que se pierda por falta de juicio (Prov.13:23)