EL GENUINO LIDERAZGO SE REVELA EN SU NIVEL ESPIRITUAL

1Crónicas 13: 1-4

Introducción:

El ocuparse en trasladar el Arca del Pacto, revela el valor que el rey David le daba su relación con Dios. Es un ejemplo para nosotros los redimidos por Cristo:

“Ninguna circunstancia debe hacernos perder lo importante que es Dios en nuestras vidas”

Como está escrito: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia” (Mat.6:33). David tuvo actitudes y decisiones, como la que nos muestra el texto bíblico de trasladar el Arca de Dios a la capital de Israel, Jerusalén (v.3).

En este pasaje, se nos muestras detalles que revelan: -Un genuino liderazgo-

Cuerpo:

v.1. El consultar al pueblo lo que piensa hacer. Dice que David tomó consejo con los capitanes de millares, a los líderes que apoyaban su reinado. Esta actitud de David, pudiera ser muy extraño para muchos ministros de nuestros tiempos. La consulta que hizo con ellos, era para trasladar el Arca de Dios a Jerusalén, la capital de su reino y lo que sería más adelante, el centro mundial de adoración al Dios único y soberano.

A los que les pareciera ser extraño o aún, considerarlo como una debilidad, deben entender que en vez de eso, es de un genuino liderazgo.

Un buen líder no impone, sino que guía y consulta en las decisiones que toma en pro de la obra de Dios.

v.2, 4. Decisiones de acuerdo al propósito de Dios. Según sus palabras a la asamblea, David había consultado a Dios. Y la forma en que lo expresa es bien importante, pues dice: “Y si es la voluntad de Dios” (v.2). Esto nos recuerda la exhortación que hace el apóstol Santiago en su epístola: “Vamos ahora, los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año…En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Stg.4:13-17). Entonces no se trata de debilidad, sino siempre de depender de Dios en todo: “Encomienda a Jehová tu camino, y él hará” (Salmo).

Conclusión:

A veces queremos mostrarnos super espirituales, para atraer la atención de los demás a nuestra persona y no a Dios. No solo erramos, sino que caemos en el ridículo. Juan el Bautista nos da un monumental ejemplo de humildad y a la vez de grandeza (Porque ahí está la grandeza de un cristiano y de un servidor de Dios: “Es necesario que él crezca (El Señor Jesucristo), y que yo mengue”.

¿Cómo está tu nivel espiritual? ¿Ya lo confrontaste con la palabra de Dios? Talvés tratarás de justificarlo con tu carácter tosco, que para ti es fuerte; pero la mayoría de los siervos bíblicos eran fuertes de carácter, como el dicho popular nos dice: Un chichicaste. Pero el carácter del hombre no tiene nada que ver con el carácter cristiano, es decir, la humildad, como se dice de Moisés: “Y no hubo hombre en la tierra tan humilde como Moisés”.

UN PUEBLO EFICAZ EN LA OBRA DE DIOS

Cuando es sabio y firme en la fe (Sin doblez)

1Crónicas 12: 28-33 (Stg.1:8)

Introducción:

En este cap. 12, se nos narra de cómo se formó el ejército que acompañaría, lo que sería, el reinado de David (v.22).

Los personajes que se mencionan tienen dos características:

a-La obra venía de Dios.

b-Lo hacían entendiendo la voluntad de Dios.

Todos lo hicieron de manera espontánea, en donde el Espíritu Santo estaba presente dirigiendo, guiando a cada personaje (v.17-18).

Más que ser solidarios con un personaje, todo era según los propósitos de Dios.

Cuerpo:

v.1-3. Las habilidades humanas al servicio de Dios. Reconociendo que Dios les había dado esos dones (regalos), todos los que tenían arte, destrezas y habilidades, ahora lo ponían a la orden de Dios (v.8). El apóstol Pablo exhortó a los miembros del cuerpo de Cristo: “…Presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos. Y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Rom.6:13).

v.17-18. Bajo la guianza de Dios. Que confortante fue para David, que al llegar esta parte del ejército, y al cerciorarse sus finalidades, el Espíritu Santo intervino a través de Amasai, jefe de los treinta: “…Port ti, oh David y contigo. Paz contigo” (v.18).

El creyente y la iglesia, debe reconocer que la presencia y la guianza continúa del Espíritu Santo es importante y fundamental para el crecimiento, fortalecimiento y realización de la obra evangelística.

v.32. Personas sabias. Entendidas en los tiempos, que al guiar al pueblo, dice: “Sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos”. Moisés es un ejemplo, que al consultar a Dios, reunió al pueblo para que pedirles de entre ellos: “Varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes” (Deut.1:9-14).

En la iglesia primitiva, se hablan de maestros, que contribuyeron mucho al evangelismo en el mundo; es el caso de Apolos, un discípulo de Juan el Bautista, que al encontrarse con unos creyentes, se convirtió y se bautizó, de tal manera que vino hacer muy útil dentro de la obra de Dios (Hech.18:24-28).

v.33. Disposición sin doblez. Con una fe firme. En el libro a los hebreos, cap. 11, se nos habla de la fe de hombres y mujeres que hicieron proezas (Heb.11:33-40).

No basta un ejército de grandes dimensiones, no basta un ejército con personas de diferentes destrezas, y esforzados y valientes; sino hay firmeza en la fe, y si no hay sabiduría, no será un ejército sólido, sino fácil de desintegrarse. El ejemplo lo tenemos en unos capítulos anteriores, cap. 10, en donde el ejército poderoso del rey Saúl fue derrotado contundentemente, en donde el rey muere juntamente con sus hijos.

Conclusión:

Si el creyente quiere solidez y crecimiento, necesita ser entendido, es decir, conocer los propósitos de Dios. Y necesita ser firme en su fe, como lo expresa el apóstol Pablo: “Por lo cual estoy seguro de ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir…Ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor Nuestro” (Rom.8: 37-39)

La Biblia dice: “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Stg.1:8).

EJEMPLO DE SERVIR CON ESPONTANEIDAD (Que no necesita motivos razonables)

1Crónicas 11:12-19

Introducción:

Los tres valientes, así se reconoció a estos varones, soldados del ejército de Israel.  Tenían reputación  de ser valientes y esforzados, e incluso fue superada por la proeza que realizaron al romper la guardia enemiga, para sacar de un pozo un vaso de agua para su rey. Arriesgaron sus vidas al traspasar el campamento de los filisteos.

Esta acción la realizaron con espontaneidad; dejando con su ejemplo para las futuras generaciones, mayormente cuando prestan servicio como soldados.

Y son ejemplo para los miembros del cuerpo de Cristo, los creyentes, los cuales Pablo les llama: “Soldados de Cristo” (2Tim.2:3).

En la iglesia primitiva, hubo creyentes que actuaron, en momentos que se requirieron o en situaciones de crisis:

1-El apóstol Pedro, cuando en medio de la tormenta, vieron una figura caminando sobre las aguas y pensando que era un fantasma, el Señor les hizo ver que era él y que no tuviesen temor. Es aquí en donde Pedro, espontáneamente, le dice: “Si eres tú Señor, manda que yo vaya hacia ti” Es decir, caminar sobre las aguas. Y el Señor le dijo: “Ven”. Y Pedro caminó sobre las aguas (Mat.14:24-29).

2-Bernabé es otro ejemplo, al ver la necesidad que había en la iglesia, vendió una propiedad y el precio de la venta la entregó a la iglesia (Hech.4:36-37).

Recordemos que está escrito: “Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros” (1Cor.10:11). Es un llamado, que en momento determinado, debe haber espontaneidad para actuar dentro de la obra de Dios.

Cuerpo:

v.13-14. Librando una gran batalla. La batalla contra los filisteos arreció a tal punto, que el pueblo huyó delante de ellos (v.13). Pero los treinta valientes que acompañaban al rey David se quedaron y pudieron vencer a los filisteos, porque Dios les ayudó, ya que, como está escrito: “La guerra era de Dios” (1Crón.5:22). Cuando se habla de ser espontáneos, es que no se necesita motivos razonables; sino que, lo hacían confiando y conociendo a Dios.

Muchos son guiados por las concupiscencias de la carne, en vez de dejarse guiar por el Espíritu Santo, quien exhorta: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gál.5:16-26).

v.15,17-19. Proezas de los tres valientes. La narración nos dice que el pozo de agua estaba después de la guarnición filistea, y ante la sed del rey, estos tres soldados, rompieron la guarnición de los filisteos, es decir, que tuvieron que combatir con un número superior a ellos, para poder conseguir un vaso de agua (v.17-19).

¿Qué les impulsó hacer esto? ¿Recibieron orden como soldados? ¡No! David era una figura importante para los hombres del ejército de como servir y honrar a Dios, pero sobre todo, era el propósito de Dios la nación de Israel.

Lecciones:

El cristiano que anda muchas veces como perdido, que no conoce la voluntad de Dios, tiene el ejemplo de estos tres valientes, que conocieron el deseo del rey David, así el cristiano necesita estar cerca de Cristo para conocer su voluntad. Y en segundo lugar, recordemos el llamado de nuestro Señor Jesucristo: “Cuando hayáis echo todo lo que se os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Luc.17:10).

LA FE VENCE TODO MAL DE NUESTROS CORAZONES

1Crónicas 6: 49-50

Introducción:

En la descendencia de Aarón, Eleazar vino a ser el segundo sumo sacerdote, siendo el tercero de sus hermanos (Núm.20:25-28). El cuarto hijo, Itamar, fue sacerdote pero con otras funciones.

Los dos primeros hijos de Aarón, Nadab (primogénito) y Abiú, eran los que servían en el lugar Santísimo, junto y bajo la supervisión de Aarón. Pero más adelante, estos dos tomaron la decisión de ofrecer el fuego sin la autorización de su padre, sumo sacerdote, y murieron.

En este contexto es que tenemos el ejemplo y el llamado de actuar, en cualquier circunstancia, con fe en Dios.

Unas de las peticiones de Jabes al Señor fue: “Y me libraras del mal, para que no me dañe” (1Crón.4:10). Es decir, que la fe actúa también en nuestras actuaciones y conductas; y Jabes pidió tener la sabiduría de que sus actuaciones sean acorde a la voluntad de Dios. Y ser librados de todo enojo, raíces de amarguras y contiendas.

Cuerpo:

v.49-50. Eleazar, su fe lo llevó a la obediencia a Dios. A igual que su padre Aarón, pasaron una dura prueba con la tragedia de sus hermanos al morir por ofrecer fuego extraño a Dios. Claramente dice la Escritura que: “Dios los mató” Fue en el acto (Lev.10:1-2. Ver del 1 al 11). Sin embargo, en medio del horno de prueba, Eleazar con su hermano Itamar y su padre Aarón, continuaron sirviendo a Dios, y esto fue porque le siguieron creyendo.

En la vida con Dios, tendremos muchas pruebas, las cuales siempre nos tentarán a que claudiquemos, a que murmuremos y pequemos. Solo una firme fe en Dios, tendremos la fuerza para poder sobreponernos a todas las vicisitudes de la vida.

Lev.10:6-11. La obediencia en medio de la prueba. En vez de recibir consolación de Moisés por la tragedia que habían pasado, lo que hizo fue ordenarles: “Que no hicieran duelo y en segundo lugar, que otros sacaran los cuerpos del lugar afuera del campamento y que otros hicieran luto. Y que ellos, continuaran con el servicio a Dios.

Conclusión:

Pasar una prueba no es fácil, mucho menos poder filtrar y digerirlo; sin embargo, esa fe que mueve montañas, que sana a los enfermos y resucita muertos, también actua en nuestras conductas y decisiones que tomemos.

LA IMPORTANCIA QUE NUESTRAS CUALIDADES NO SUSTITUYAN LA FE

1Crónicas 5: 18-26

Introducción:

En la descendencia de Jacob (Israel), se da una breve historia de tres tribus: Rubén, Gad y la media tribu de Manasés. Se habían constituidos en un ejército valiente, esforzado y numeroso.

El propósito de esta breve historia, es de darnos dos lecciones importantes de fe y de apostasía.

A pesar que al principio confiaban en Dios y él les daba la victoria, terminaron cayendo en la apostasía; el libro de los salmos dice: “Estos confían en carros, y aquellos en caballos; más nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria” (Salm.20:7-8).

Cuerpo:

v.20. Cuando se confía en Dios. Las tres tribus conformaron un solo ejército, y cuando enfrentaban a ejércitos que se unían contra ellos, ellos clamaban a Dios y les fue favorable, porque esperaron en él (v.20). Ese es el testimonio que tenemos de estas tribus, que cuando se espera en Dios, él les da la victoria.

v.18-19. Cuando las habilidades no sustituyen la fe. Este ejército conformado por las tres tribus, dice la Escritura que eran hombres valientes, traían escudo y espada, entesaban el arco y diestros en la guerra. Entonces la pregunta es: ¿Por qué clamaban a Dios por ayuda? ¿No eran suficientes? La lección que nos dan, era:

1-Reconocían que sus destrezas (dones) habían sido dadas por Dios.

2-Que deberían ser usadas para Dios, para su gloria.

3-Porque reconocían que la guerra (el propósito) era de Dios y no de ellos. La Biblia dice, que: Él pelea nuestras batallas.

Todo esto revela, que unidos al propósito de Dios, tenían que ser leal a la causa de él.

v.25-26. Cuando las habilidades vienen a sustituir la fe. En toda la historia, tanto de la humanidad como de los creyentes, el fracaso y la tragedia ha sido, cuando se llega a un punto de confiar en sí mismos o en lo que tienen; dejan de confiar en Dios y se extravían en sus razonamientos; tenemos el ejemplo del rico que confiaba en Dios, pero al crecer y multiplicar sus ganancias, quiso reposar en ello y ya no en Dios. Jesús le llamó necio.

En la mayoría se extraviaron por completo, fueron pocos los que reconocieron su error. Que es el caso de estas tres tribus, que cayeron en la apostasía y terminaron siendo llevados cautivos e esclavizados por los asirios.

Esa es la lección que nos deja esta breve historia de las tres tribus, que tuvieron su gloria cuando confiaban en Dios, pero que más tarde cerraron sus corazones a él.

SEMBRAR PARA ESTA VIDA Y LA FUTURA

1Crónicas 5:1-2

Introducción:

Al hablar de la evangelización que realizaría el cristiano, el Señor Jesucristo dijo: “Todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo” (Mat.18:18).

Todo lo que hagamos en la obra de Dios, tiene su repercusión en la vida y en la eternidad. Y es el ejemplo que nos presentan Rubén y Judá.

Cada cristiano necesita preocuparse por su salvación, tiene que trabajarlo diario, para que al final pueda terminar con éxito su carrera, como lo expresa el apóstol Pablo: “…El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2Tim.4:6-8).

Cuerpo:

v.1. Rubén, heredero de la línea mesiánica. En la breve historia que se da de Rubén, se nos dice que era el primogénito de Jacob (Israel). De los 12 patriarcas, él recibiría la doble porción de las riquezas; así también, heredaba la línea por donde vendría el Mesías, nuestro Señor Jesucristo. Pero su conducta y actitud hizo que perdiera esta heredad: “Violó el lecho de su padre” (Gén.35:22; 49:1-4). Entonces sus derechos de primogenitura fueron dadas a los hijos de José.

La heredad de la línea mesiánica pasó a Judá: “Bien que Judá llegó a ser  el mayor sobre sus hermanos, y príncipe de ellos”. Judá era el cuarto de los hijos de Jacob, y vino a recibir esa gloriosa herencia (Gén.49:8-12).

Gén.38. Curriculum de Judá. Su breve historia no es generoso; le mintió a su nuera Tamar, quien más tarde, al disfrazarse de mujer ramera concibe de él.

Gén.44:18-34. Judá conquista la heredad. En hora buena, Judá se encontró con un dilema en donde tenía la oportunidad de acobardarse o dar la cara. Judá se encontró, como muchas veces se han encontrados muchos, en tiempo y lugar oportuno; tomó la decisión correcta:

a-Defendió y se ofreció por su hermano menor, Benjamín.

b-Su decisión fue para evitar causar un mayor dolor a su padre Jacob; un dolor que podría llevarlo a la muerte.

c-Confesó su injusticia y la de sus hermanos que habían cometido contra su hermano José, al venderlo como esclavo y anunciar a su padre que había sido devorado por una fiera.

Lamentablemente la mayoría se acobarda y pierden la oportunidad de hacer lo correcto.

Judá nos muestra los resultados de enfrentar una situación difícil, tuvo su consecuencia en el futuro: Venir a ser heredero de la línea mesiánica: De su generación vino el Mesías, nuestro Señor Jesucristo.

Conclusión:

No solo Rubén menospreció tal heredad, sino también, sus siguientes hermanos, el segundo Simeón y el tercero Leví; ellos tomaron venganza a causa de Dina su hermana. Esto hizo poner en peligro la vida y la generación de Jacob (Gén.34:30-31. Leer Cap.34).

Muchas veces el cristiano comete el error de dejarse arrastrar por los deseos de la carne, de sus concupiscencias. Entendemos que nuestra lucha espiritual es contra Satanás; sin embargo, descuidamos o menospreciamos la lucha espiritual contra los deseos de la carne, que nos dice: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu” (Gál.5:1-26).

El llamado del apóstol Pablo a Timoteo, es el llamado para todo cristiano: “Ten cuidado de ti mismo” (1Tim.4:16). Debemos recordar que tenemos un estilo de vida nueva, diferente, la cual nos enseña la palabra de Dios. Por eso, a continuación, también exhorta: “…Y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”.

LLAMADO A ANHELAR HONRAR A DIOS CON NUESTRAS VIDAS

1Crónicas 4: 9-10

Introducción:

Jabes es conocido por la oración que hizo de pedir bendición y prosperidad, en la cual: “Dios le otorgó lo que pidió” (v.10).

Muchos han sido inspirados a pedirle a Dios por bendición y por prosperidad.

¿Cuántos quieren ser bendecidos y prosperados? Yo les preguntaría: ¿Y para qué? ¿En qué lo van a invertir?

Para que tengamos una idea de las razones por el cual Jabes hizo tal oración, su petición es parecida a la de Salomón, cuando Dios se le apareció en sueños, y le dijo: “Pide lo que quieras que yo te daré” Y Salomón respondió: “Da a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo” (1Rey.3:5,8-10). Ser bendecido y prosperado (ensanchado) es tener éxito en servir y honrar a Dios como es debido, conforme a la voluntad de Dios. Como exhortó el Señor Jesús, al decir: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat.6:33-34).

Cuerpo:

v.9-a. Un hombre entregado y esforzado. Sobre pasó a sus hermanos. Era muy trabajador; su inspiración era Dios, el cual honraba y servía, y Dios lo honró en medio de su familia. Muchos, movidos por la envidia no ven esta verdad; cuando alguien es prosperado, viene a ser señalado negativamente; creen que se enriqueció de una forma fraudulenta.

v.9-b. Se sobre puso a un pasado doloroso. Su madre le dio a luz en dolor. De ahí su nombre Jabes. Su nacimiento significó un riesgo tanto para él que para su madre. Esto nos recuerda a Benjamín, en su nacimiento hubo mucho trabajo que llevó a la muerte a su madre Raquel (Gén.35:16-21).

Sin embargo, Jabes se sobre puso a lo pudiera ser una vida traumática de saber que su nacimiento causó mucho dolor a su madre a tal punto de arriesgar su vida.

Dios puede liberar a muchos que traen desde niños o desde su adolescencia algún trauma que evita el que puedan superarlo; Jabes es un testimonio de esto. Muchos vienen arrastrando muchos traumas, sus vidas están llenas de sentimiento negativos, con grandes amarguras. Pida que Dios sane su corazón y si ha de recordar un pasado doloroso que sea para testimonio.

  1. Petición de dependencia hacia Dios. Su oración fue que Dios señoreara en su vida, en su familia, trabajo y tiempo. Muchos piensan que el orar al Señor por algún proyecto de su vida, trata solamente de recibir nada más y hacer de ello una fiesta vana. Cuando el Salmo 37:5, dice: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” Se refiere que tal proyecto sea de acuerdo a la voluntad de Dios, que tal proyecto sea parte del plan de Dios.

En segundo lugar, oró que Dios le librara de mal: “Para que no me dañe” Es decir, que estuviese libre de todo mal pensamiento y de todo mal proceder. Esto nos recuerda la exhortación del apóstol Pablo a Timoteo: “Te cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello” (1Tim.4:16). Muchas veces nos volvemos dañinos contra un hermano y manipulamos la palabra de Dios (doctrina) para fines egoístas.

Para tener una mayor comprensión de esta oración de Jabes, recordemos la petición de David: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10).

Conclusión:

El creyente debe entender que su vida le pertenece a Dios, y que ahora lo que vivimos, lo vivimos para Dios, como lo expresa Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gál.2:20).

EN CRISTO, SE PUEDE LEVANTAR DE LA RUINA ESPIRITUAL

1Crónicas 3: 13-14 (10-14) Con:Juan 2:19-22

Introducción:

Estos dos reyes de Judá, nos formulan un gran reto en la vida: Ir creciendo y perfeccionando la relación con Dios. Dos reyes que ascendieron, levantándose del polvo de la ruina espiritual.

Generalmente, lo que la historia humana nos ha enseñado es que el hombre va en descenso (va cayendo) hasta degradarse en la maldad: De Josafat, considerado un rey bueno, pero con grandes altibajos en su vida, hasta Acaz que se entregó a la maldad. Si bien, que en algunos de ellos fueron moderados (v.10-13).

Uno de los argumentos para justificar la maldad, es que sus padres los influenciaron con sus vidas o nunca los corrigieron. Una verdad a media; porque aunque tuvieron el mal ejemplo de sus padres, al llegar a la madurez, pueden modificar sus vidas para librarse de esa herencia maligna.

Sin embargo hay que reconocer, el efecto del pecado en el hombre, como está escrito: “El pecado está esculpido en la tabla de su corazón” (Jer.17:1).

Pero para eso vino Jesucristo, para deshacer el pecado, para liberar de la esclavitud del pecado al hombre. En Cristo el hombre puede ser restaurado.

Cuerpo:

v.13-a. El gran reformador. El rey Ezequías es uno de los ejemplos que tenemos de poder ascender en la vida sobre la maldad. Su padre, el rey Acaz hizo lo malo ante Dios; y a pesar de esa mala influencia que tuvo Ezequías, se le conoce como uno de los que restauraron el culto a Dios. Modificó su reino, haciendo volver al pueblo a la adoración a Dios. Hizo reparaciones importantes en el templo que sus padres habían abandonado. Además de eso, obtuvo una gran victoria contra la invasión de los asirios. Obviamente, el que quiera honrar a Dios y serle leal, el precio que se paga es bien alto, pero Dios estará ahí para ayudarle. La Biblia resalta la cualidad del rey Ezequías: “En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá” (2Rey.18:5-6). Fue fiel a Dios. ¿Era perfecto? No. Cometió un grave error (imprudencia), les mostró a los babilonios los recintos del templo, de su casa y armamento (2Rey.20:12-19).

v.13-b. Avivamiento espiritual. El rey Josías, no recibió la herencia de lo que hizo su bisabuelo Ezequías, pues su abuelo y luego su padre, hicieron lo malo ante Dios, fueron perversos. Una vez más, se nos enseña que, cuando se busca a Dios de corazón, la vida puede ser librada del pecado y restaurada. A pesar de la apostasía de sus padres Manasés y Amón, Josías realizó un gran avivamiento espiritual. De 8 años empezó a reinar, y de 12 años restauró la vida espiritual del pueblo y del templo; llevó a la conversión tanto a los líderes de la nación, como la del pueblo. En él, se encontró la ley y la obedeció.

La palabra de Dios resalta su virtud: “No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a la ley de Moisés; ni después de él nació otro igual” (2Rey.23:25).

¿Qué nos quiere decir, con estos dos ejemplos? Sí se puede levantar de las cenizas del pecado y de la maldad en Cristo Jesús, él dijo:

“Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Jn.2:19-22). Los judíos le dijeron: “En 46 años fue edificado este templo”, ¿y tú en tres días lo levantarás? No se refería en sí al templo, a su estructura; sino a la vida misma de los hombres, que destruidos por el pecado, él puede levantarlos de los escombros, de la ruina en que encuentran.

La prueba de ello, fue su resurrección: “Venció la muerte” Solo tres días pudo retenerlo la tumba; cuando llegaron los discípulos donde él había sido sepultado, la noticia fue: “No está aquí, ha resucitado (Luc.24:4-9).

EL MODELO DE CRISTIANO QUE NOS PRESENTA LA PALABRA DE DIOS

1Crónicas 3: 1-2, 5

Introducción:

En la generación del rey David, nos muestra que no todo fue color de rosa, sino que, todo lo contrario; al analizar esta generación parecería que la línea mesiánica llegaría a su fin con David.

Dos hijos de él, se rebelaron de una forma violenta, arrastrando para sí, a personas importantes del reino y parte del ejército de Israel. Estos dos hijos son: Absalón y Adonías (v.2). (2Sam.15:1-6,10-12 y 1Rey.1:5-7,9).

Y si pensamos en Salomón, su madre Betsabé (Betsúa), fue mujer de Urías a quien David mandó a matar debido a su adulterio con ella y quedar embarazada. A pesar de ese mal proceder de ellos, la ley salva a Salomón, pues dice: “El hijo no llevará el pecado del padre” (Ezq.18:20).

Cuerpo:

v.2. Falta de integridad. Absalón aspiraba el trono del reino como muchos, el apóstol Pablo dice: “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado buena obra desea” (1Tim.3:1-7). Entonces, el problema no era el tener tal aspiración, sino las intenciones que tiene la persona. Absalón cometió muchas faltas graves, de las cuales nunca se arrepintió. Él era de buen parecer, tenía imagen y facilidad de persuadir; pero su falta de integridad, lo hacían no apto para el trono. En David, el Señor encontró una persona íntegra, que le serviría con lealtad: “Él hará todo lo que yo diga (Decía el Señor)”. Además, Absalón menospreciaba el consejo de los sabios.

v.2-b. Falta de virtud. Adonías, era una persona que hacía lo que quería, todo lo hacía a su manera y a igual que su hermano Absalón, menospreciaba el consejo. Muchos le sirven a Dios y le honran, el problema que lo hace a su manera y no como Dios quiere que se le honre.

Vemos pues, en conclusión, que estos dos hijos de David, si bien que deseaban el trono, pero sus acciones y actitudes los descalificaban.

v.5. El modelo cristiano. Salomón mostró con su actitud, que era el elegido no solo de su padre, sino sobre todo, de Dios, para ocupar el trono. Era un joven hambriento de sabiduría, el cual, alcanzó su plenitud al pedírsela a Dios; su preocupación era el poder gobernar con Dios al pueblo de Israel.

Esa es la diferencia de muchos que sueñan un ministerio, pero no se preocupan de poderlo hacer con Dios; sino que, sueñan en poder influir, atraer a los demás hacia su persona, sueñan con ser admirados y aplaudidos, sueñan con ser amados.

Cuando a Juan el Bautista le llegaron a decir que Jesús bautizaba más gente que él, respondió: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengue” (Jn.3:30).

Salomón mostró su dependencia hacia Dios, al orar por sabiduría, la cual dice la Biblia: “Es el temor a Jehová”. Y mostró obediencia al construir el templo tal como se lo ordenó su padre David, a como Dios había ordenado. Son cualidades y actitudes que necesitan los que anhelan el trono, en este caso, un Ministerio. Muchos cristianos quieren gozar del respaldo de Dios, pero no quieren cambiar de actitud, y desechan el consejo.

LA IMPORTANCIA DE LAS DECICIONES QUE TOMAMOS EN LA VIDA

1Crónicas 2: 3-4, 12, 15

Introducción:

Todo nosotros forjamos con nuestras acciones y actitudes lo que hemos de ser en el futuro. Y por eso es importante lo que hagamos en el presente.

Er es un ejemplo, era el primogénito de Judá, a él le correspondía la línea mesiánica, sin embargo, decidió llevar una mala vida, sin la dirección de Dios: “Fue malo delante de Jehová, quien lo mató” (v.3).

En la historia, dentro de la lista de las descendencias, es lo único que se sabe de este personaje. Nos hace ver que: ¡Sí importa lo que hacemos en el presente! Er dejó un mal precedente de su vida; pero a la vez un ejemplo para las generaciones venideras, como está escrito: “Estas cosas acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros” (1Cor.10:11).

Pero también, hubo uno que hizo la diferencia, sus acciones transcurrieron en la historia de la humanidad, Fares, por el cual, la línea mesiánica continuó.

La manera en que usted decida llevar su vida, sí importa querido hermano.

Cuerpo:

v.4-5,9-15. David descendiente de Fares. De Fares, 14 generaciones después vino David. Si bien es cierto que a Abraham se le dio la promesa: “En tu Simiente serán benditas todas las naciones” (Gén.22:18). A David se le hizo la promesa del Mesías de una manera clara; de él y de su casa vendría: “Sería Rey, Justo y Eterno (2Sam.7:12-16; 23:3-5). Lo que le correspondía a Er, en Fares se hizo una realidad.

Gén.38:27-30. Fares también forjó su futuro con sus acciones. En su nacimiento, su hermano gemelo sacó la mano, y vino hacer el indicativo que sería el primogénito, pero, volvió a meter su mano. Y abriendo brecha Fares, nació primero; esa es la narración que tenemos de este hombre. Un personaje que en el camino, abrió brechas para llegar a ser, en el propósito de Dios, de la genealogía del Mesías, de nuestro Señor Jesucristo.

En la vida siempre tendremos obstáculos, unos difíciles y otros imposibles de poder superarlos; sin embargo tenemos el testimonio de Fares, un hombre esforzado que donde no había camino, en donde se levantaban muros imposibles de traspasar, él habría brechas, esmerándose siempre a forjar su futuro y ejemplo para sus generaciones.

Todos tenemos oportunidades de tener éxito en la vida, al igual que Er y Fares; pero solo el que se esfuerza y es entregado en los propósitos de Dios lo alcanzará. Muchos se van quedando en el camino, como Er, porque se dan por vencido o porque se entregan a lo más fácil y rehúyen lo difícil.

Conclusión:

El Señor Jesucristo conquistó para el creyente la salvación y la vida eterna; y en la vida presente, tenemos también grandísimas promesas, sin excepción y somos llamados a ser esforzados, valientes y leales al propósito de Dios, como nos dan ejemplo estos hombres como: Moisés, Elías y David entre otros. Lo que usted haga en el presente, querido hermano, sí es importante, pues tiene que ver con su futuro y legado que deje a sus generaciones.